Estamos cambiando de un modelo destructivo a otro que permite mejorar nuestra calidad de vida y de trabajo.

  Tras el fallecimiento de su padre en 2015, Manuel Troya se hizo cargo sin experiencia ni formación previa en cuestiones agrícolas, de la gestión de una finca de herencia familiar (comparte la propiedad junto a su madre y hermano). La finca de 470 Has se llama Pajaretillo y se encuentra ubicada en las faldas de la sierra de Cádiz, en el límite entre el término municipal de San José del Valle y la parte más oriental del término municipal de Jerez de la Frontera.

  Apostó como orientación productiva por la carne de vacuno de calidad mediante una gestión adaptada a las realidades del entorno. Aunque la finca se encuentra aún muy deteriorada tras décadas de labranza y abandono de algunas zonas, ha conseguido aumentar el rendimiento económico de la finca, en número de cabezas y superficie útil.

  Considera que la finca es un entorno con un gran potencial, siendo atractivo para gente que busque un producto de calidad y un entorno peculiar (montes adehesados de acebuches). Se están estudiando vías y recursos para rehabilitar antiguos ranchos (cortijos) de la finca para dar cabida a alojamiento rurales y así diversificar y aumentar la actividad económica. Las formas de producción del manejo holístico mejorarán las graves carencias del entorno (erosión, escorrentía, falta de vegetación) y harán más amable y atractivo el paisaje.

  "Trabajamos unidos en un entorno que nos ofrece muchas alternativas". Considera a finca como un espacio creativo donde desarrollar fórmulas productivas que permitan superar los problemas del día a día y crecer orgánicamente, a la vez que mejoran todo el ecosistema que les rodea.

  Su objetivo es ser productores de ganado, con un sistema económicamente viable y que genera riqueza real a todos los niveles, repercutiendo positivamente en su entorno social y ecológico.

  "Hemos cambiado de un modelo destructivo, tanto a nivel humano como ambiental y económico, a un modelo que nos permite mejorar nuestra calidad de vida y trabajo a la vez que mejoramos nuestros ingresos y reducimos nuestro impacto ambiental".  Están incrementando la biodiversidad, la retención de agua, la calidad y cantidad de pasto, la producdad.

  "Haremos de la finca un espacio atractivo y saludable del que sentirnos orgullosos". Las personas que trabajan en la finca están empezando a entender (poco a poco y sobre todo por los resultados que se han obtenido) los procesos regenerativos en los que trabajamos. Ven que el modelo convencional no es sostenible en ninguna de sus facetas y empiezan a convencerse de que la mejora es únicamente viable con un cambio de manejo. Los trabajadores conocen muy bien la finca y el ganado y colaboran poco a poco, con sus conocimientos y experiencias, para mejorar los procesos y la planificación holística que estamos implementando.

  "Queremos ver que el agua corre limpia por toda la finca durante la mayor parte del año". El objetivo es conseguir aumentar la retención de aguas y reducir los graves problemas de escorrentía que están por toda la finca.  El objetivo es conseguir transportar agua durante todo el año en una red de distribución que permita hacer corrales de un máximo de 5 Has. Esto no sólo permitiría aprovechar eficientemente la totalidad de la finca para uso ganadero, sino que permitiría regenerar las zonas de monte altamente improductivas y degradadas que presentan un elevadísimo riesgo de incendio. También permitiría generar biodiversidad y la colocación de bebederos para la fauna silvestre y así mejorar los ingresos por coto de caza.

  La idea es conseguir una finca con una cubierta vegetal permanente. Para ello deben invertir un proceso muy avanzado de inversión de flora (cardos, altavacas, retamas, zarzas?). El objetivo es producir pastizales de plantas mayoritariamente perennes que mejoren la tierra empobrecida por décadas de mal manejo (labranza, fertilizantes, herbicidas, pastoreo continuo). Esto permitirá a su vez incrementar la carga ganadera de vacuno (sin incurrir en costes adicionales) así como introducir nuevas especies ganaderas.

En el diseño futuro de la finca está crear líneas de árboles comestibles (encinas, alcornoques, forrajeros, frutales ?) que actúen como cortavientos, generen sombra, humedad y comida (frutos y ramoneo) lo que permite a su vez otros aprovechamientos.

?Nos gustaría ser referentes para la gente que nos rodea?. Quieren que sus vecinos les perciban como un modelo a seguir tanto a nivel productivo como ecológico, y que empiecen a tener las mismas inquietudes y preocupaciones, y que lleguen a introducir un contexto holístico en sus actividades económicas.